Nairobi (Kenia), 12 may (EFE).- (Imagen: Patricia Martínez) Jemima Maina sabe por experiencia propia dos cosas: que cuando más lo necesitas quizá nadie te asista y que si te hieren hasta el alma, incluso caminar duele. Por eso, instantes después de ser violada en Nairobi, lo primero que hizo fue mandar un SMS con la palabra "help" (ayuda) en busca de auxilio.