Su padre, el rey emérito Juan Carlos I, está exiliado en Abu Dabi mientras es investigado por tener cuentas corrientes en paraísos fiscales, por recibir comisiones millonarias de Arabia Saudí y por una “donación” de 100 millones de euros a su ex amante, Corinna Larsen.
El rey Felipe tiene ahora que elegir: ¿la familia o la corona?