Enrique VIII, segundo monarca de la dinastía Tudor, murió la madrugada del 28 de enero de 1547 a los 55 años en su amado palacio de Whitehall en Londres, Inglaterra. Hoy, tras 5 siglos de dudas y especulaciones, una autopsia virtual nos revela la verdadera causa de su muerte: tenía diabetes tipo 2. Expertos en en medicina, biógrafos e historiadores del Reino Unido nos explican cómo fueron sus últimos meses de vida