Las Palmas de Gran Canaria, 10 dic (EFE).- La reportera Carla Fibla confía en que la historia "tremenda" del periplo de un niño huérfano que consigue llegar a la universidad en Marruecos, con la que ha logrado el II Premio Saliou Traoré de Periodismo en español sobre África, ayude a comprender por qué los africanos dejan sus casas en busca de una vida mejor o un sueño.
En una entrevista con Efe, Fibla ha destacado que el premio que conceden la Agencia Efe y Casa África, y que ha recibido este jueves en Las Palmas de Gran Canaria, es el reconocimiento a los cerca de dos años de trabajo que le ha supuesto narrar la complicada vida de Elvis Gori Molibuela.
Un niño que nació en 1998 en Bukunga -cuando comenzó la segunda guerra de Congo-, se quedó huérfano a los 5 años (su madre murió en el parto y su padre, después, de lepra), abandonó la aldea entonces con su hermana de 6, y sobrevivió a los muchos avatares de su posterior periplo de siete años por nueve países africanos.
El premio que ahora recibe por este trabajo supone para Fibla un merecido logro de la revista mensual "Mundo negro", para la que trabaja y en la que se publicó el reportaje, ya que, de "forma más pausada y del modo más directo posible, trata de dar voz a los propios protagonistas de las noticias".
Por ello, considera que esta distinción es también para los redactores de esta publicación y para los Misioneros Combonianos, que este año celebran el 60 aniversario de la revista y que son herederos del sueño de san Daniel Comboni: salvar África por medio de África.
Según ha explicado, "Mundo negro" cada tres años dedica un especial en el que se hace una radiografía completa de cada país del continente. En esta ocasión, su redactor jefe, Javier Fariñas, quería que se enfocara en la educación y en africanos que optaban por quedarse a estudiar en su continente, es decir, en Sudáfrica o Marruecos, que son los dos países a los que se trasladan la mayoría de los jóvenes para formarse académicamente.
Así, siguiendo historias de inmigrantes instalados en Marruecos, país que Fibla conoce bien porque ha residido en él ocho años, fue cómo dio con Elvis, cuyo nombre original es "Nsungu", aunque a lo largo de su trayectoria migratoria ha tenido otros muchos que tuvo que inventarse para burlar las fronteras.