Madrid, 18 jul (EFE).- (Imagen: Raúl García Cabo).- La historia de los restos mortales de Pedro Calderón de la Barca es un relato de abundantes idas y venidas, con principio y final, pero que aún busca su epílogo.
La parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, en Madrid, es su última ubicación conocida, y también el lugar donde un equipo de investigadores espera reencontrarse con la tumba del dramaturgo.
En las próximas semanas, los investigadores explorarán con un georradar cada recoveco de este templo perteneciente a la Congregación de San Pedro, a la que el propio Calderón de la Barca perteneció en vida y a la que estuvo fuertemente vinculado, hasta el punto de nombrarla, en su testamento, como heredera universal.
Fue en virtud de esta condición que la Congregación reclamó para sí los restos del escritor a finales del siglo XIX, y así aterrizaron, en 1902, en la capilla luego convertida en parroquia de Nuestra Señora de los Dolores.
En la Guerra Civil desaparecieron, y es ahí donde se abre el paréntesis de incertidumbre que ahora pretenden cerrar los investigadores del CEU San Pablo.
RECURSOS IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES, MADRID. TOTALES JESÚS LÓPEZ SOTILLO, ARCHIVERO CONGREGACIÓN SAN PEDRO; PABLO SÁNCHE, INVESTIGADOR CEU SAN PABLO, Y JESÚS FOLGADO, SACERDOTE CONGREGACIÓN.