Son fascistas. Con senyera catalana y respaldo oficial, que actuan con total impunidad y a los que los Mossos y las autoridades catalanas no se atreverían nunca a poner en su sitio (Cromos independentistas: la Generalitat subvenciona una colección donde los robots catalanes luchan contra España).
Su última proeza ha sido agredir en junio de 2016 a dos jóvenes que portaban camisetas de la 'Roja' en la Ciudad Condal y promocionaban a la Selección Española de Fútbol