El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha ignorado el estado de alarma decretado por el Gobierno y ha abierto la basílica de Valencia al público para acudir al rezo por el Día de la Virgen de los Desamparados, provocando una aglomeración de devotos que querían ver a la virgen. A pesar de las advertencias de la policía de mantener la distancia de seguridad, esta no siempre se cumplió.