Las bodegas del valle de Napa, en California, están recurriendo a la tecnología para realizar charlas virtuales con sus clientes.
Mientras dura el encierro por el coronavirus, una cata de vinos virtual resulta un buen plan, al que se suman cada vez más entusiastas.
La zona del valle de Napa fue una de las primeras de Estados Unidos en declarar el confinamiento para frenar la pandemia de COVID-19.
Aunque las bodegas son consideradas negocios esenciales y pueden permanecer operativas, sus mayores ingresos provienen de las degustaciones y de los restaurantes, que llevan semanas cerrados.
Para enfrentar el confinamiento, algunas bodegas permiten incluso que varios clientes se unan a la cata virtual solo por curiosidad, sin costo y sin necesidad de haber comprado el vino en su tienda en línea.