Jerusalén, 5 abr (EFE).- (Imagen: Joan Mas Autonell) En una Jerusalén neblinosa y casi desierta, la Semana Santa versión COVID-19 comenzó hoy con un Domingo de Ramos que no tuvo ni ramos ni a los miles de peregrinos que los portan cada año mientras recorren las laderas del Monte de los Olivos cantando y bailando alegremente.