El nombre de Cleopatra se asocia casi instantáneamente a ambición, intrigas, asesinato, incesto. La Gran Cleopatra, protagonista de nuestra historia, corresponde a Cleopatra VII de la dinastía de los Ptolomeos, nacida el 69 ó 68 aC. A la muerte de su padre, Ptolomeo XIII, disputó con un hermano el trono de Egipto, consiguiéndolo a la edad de 17 años, con el apoyo de Julio César. De la relación entre ambos nació Cesarión y más tarde Cleopatra viajó a Roma, con la intención que se reconociera en su hijo la estirpe imperial. Esto no lo consiguió y regresó a Egipto con dudas sobre su porvenir y el de su patria. Muerto César en el año 44 aC, sus aprehensiones fueron aún mayores.
Surgió en Roma el segundo triuvirato: a Lépido le correspondió Africa, a Octavio, hijo adoptivo de César y posterior Augusto, el Occidente, y a Marco Antonio el Oriente. Allí entronca Cleopatra con este último romano, quien se envolvió en sus brazos y en los placeres orientales. Repudió a su esposa Octavia, hermana de Octavio, y por casi una década vivió junto a la soberana egipcia, proclamada por él mismo como "reina de los reyes", quien le dió tres hijos. Largas negociaciones entre Octavio y Marco Antonio no mejoraron las relaciones y finalmente el primero se decidió a combatirlo, considerando que todo el mal era Cleopatra. Vencido Antonio en la batalla de Accio el 31 aC, Cleopatra se replegó y refugió en su palacio de Alejandría. Octavio corrió tras ellos; Antonio se dió la muerte por medio de su espada, y Cleopatra, de 39 años, se resistió a ser llevada a Roma, esta vez como el más preciado testigo de la victoria de Octavio. Finalmente, Cleopatra murió envenenada, pero ni aún sus propios contemporáneos pudieron precisar el procedimiento. Todo apunta al veneno de una víbora, que ella portaba en una horquilla del pelo, o que ella misma depositó en una mordedura autoinflingida, como sugirió Galeno. O, simplemente, se hizo morder directamente por el reptil, ya en el brazo, ya en el pecho; la primera fue la versión oficial en Roma