Tras presentar su renuncia por escrito, el presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, viajó a México en calidad de asilado político que le concedió el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, mediante un importante trabajo diplomático para que un avión de la Fuerza Aérea Mexicana pudiera viajar a Bolivia y regresar a México para evitar que el mandatario andino siguiera siendo objeto de persecución política. En tierras mexicanas, Morales Ayma denunció la situación que se vivía en su país, donde un golpe de Estado había derrocado a su gobierno en el que también colaboró el gobierno de los Estados Unidos a través de la Organización de Estados Americanos (OEA) y por ello abogaba por un diálogo político para que se restituyera la institucionalidad. Posteriormente, el mandatario legítimo voló a Buenos Aires para continuar su lucha desde allá. teleSUR