¡Nuevas historias animadas de 2019 que sucedieron de verdad!
Hola, soy Nora. Tengo 17, y, bueno... mi mamá ha sido una acumuladora por más de 5 años. Suena bastante inocente, pero créeme... no lo es.
Todo comenzó hace 5 años, cuando yo tenía 12, y mi hermano, Kaleb, 8. Ese año... nuestro papá murió de cáncer y, honestamente, fue muy, muy difícil para todos, pero especialmente para mamá. Ella comenzó a acumular cosas en nuestra casa. El lugar estaba tan sucio e inmundo que era IMPOSIBLE caminar allí sin calzado. Solo unos minutos sin usar zapatos y nuestros pies se ponían negros por toda la tierra.
Cada habitación estaba llena de cajas, periódicos, ropa, zapatos y muebles. Había tantas cosas que solo teníamos pequeñas aberturas para movernos, y hasta en ellas había muchas cosas en el suelo. Y mamá siempre traía más y más cosas a casa. Nuestra cocina estaba tan llena de utensilios y platos sin lavar que mamá solía pedir comida para no tener que limpiar luego. Lo peor eran los BICHOS y... otros seres vivos. Siempre tuvimos cucarachas, ratones y ratas.
Para el mundo exterior éramos una familia normal, pero, por supuesto, mamá nunca dejaba que nadie entrara a ver cómo era nuestra vida realmente. Yo no podía esperar a cumplir 18 años para poder irme a estudiar a algún lado, pero sabía que no podría hacerlo... por mi hermano.
Verás, vivir en estas condiciones lo había afectado mucho peor que a mí. SIEMPRE estaba enfermo y tenía muchas alergias. No había un día en el que no estornudara un montón de veces. No podía dejarlo así, y bueno, mi madre tampoco.
Cada vez que intentaba hablar con ella sobre tirar algo, intentaba justificar cuán IMPORTANTE era todo. “Oh, no tires esa vieja revista, no la he terminado. No tires esta caja, ¡puede que la necesitemos!”.
Ya no podía dejar que Kaleb y yo viviéramos así, así que, una vez, cuando mi mamá se fue de vacaciones y se suponía que debíamos quedarnos en la casa de nuestra tía, Rose, decidimos limpiar nuestro hogar. La tía nos ayudó a contratar limpiadores, y en el transcurso de una semana solo pudimos vaciar... dos habitaciones. Sí, había TANTA BASURA allí que ni siquiera terminamos en una semana.
Nunca esperé la reacción que mi mamá tuvo cuando regresó... estaba molesta y enojada, y no paraba de hablar sobre lo valioso que era todo lo que habíamos tirado y de decir que teníamos que recuperarlo... Le dejó de hablar a la tía Rose, y estuvo molest