Río de Janeiro, 15 oct (EFE).- Isabel Vaz comienza su jornada mucho antes del amanecer. Toma tres autobuses y un tren para recorrer 100 kilómetros hasta la escuela de los arrabales de Rio de Janeiro en la que trabaja. Vaz, de 42 años, es una de las miles de docentes que penan diariamente para ejercer una profesión mal remunerada y peligrosa en Brasil.
Imágenes: Janaína Quinet.
Edición y locución: Diego Saganome.
Palabras clave:
efe,internacional,brasil,educacion,violencia