El esperpéntico accidente de tráfico tuvo lugar en la ciudad de Rostov del Don, al sur de Rusia.

Una cámara de vigilancia captó la surrealista escena, en la que se ve cómo un automóvil arrolla un vallado en un lateral de una calle.

Pero eso no es lo relevante; lo fuerte es la insólita forma de reaccionar del conductor tras el choque.

La reacción habitual habría sido salir del auto y examinar los daños, pero no fue así en este caso.

El conductor, aún con el amasijo de hierros del vallado atascado en los bajos del vehículo, trató de seguir su marcha varias veces, tanto hacia adelante, como en reverso, sin éxito ninguno.

En un momento determinado, el coche y un gran reguero de combustible sobre el asfalto se incendian, pero, en vez de mostrar ningún nerviosismo, el conductor y un segundo hombre salen tranquilamente del vehículo y se marchan del lugar como si no hubiera pasado nada.

La Policía sigue buscando a los implicados en el suceso.