Este es Justin, y hace poco compró un teléfono celular nuevo. Nada fuera de lo común, podrías pensar, pero para él, esta compra es muy especial y he aquí el por qué.

Hace aproximadamente un año, el papá de Justin fue promovido en el trabajo y tuvieron que mudarse a otra ciudad. Su nuevo ingreso familiar trajo un nuevo estatus social para todos ellos y sus padres decidieron que lo primero que debía hacer era incorporarse a una nueva y mejor escuela. Juntos eligieron una que definitivamente correspondía a sus planes para su educación superior. Era un internado para niños, en su mayoría de familias ricas, pero Justin estaba bien con eso. De hecho, no le molestaba conocer nuevos amigos. Era interesante pasar tiempo con sus compañeros de clase, y como todos llevaban el mismo uniforme, no parecía que fueran muy diferentes entre sí. Excepto por una cosa: prácticamente todos ellos tenían un montón de historias interesantes sobre los lugares que ya habían visitado y toneladas de fotos de sus vidas almacenadas en sus iPhones de último modelo. Mientras que Justin nunca había estado fuera de su ciudad natal antes de haber ido allí y su teléfono tenía aproximadamente 3 años de antigüedad. Podrías preguntarte si él los envidiaba. ¡Por supuesto que sí!

Creyó que la solución perfecta para su problema era pedirles a sus padres que le compraran un teléfono nuevo. Pensó que si pudiera explicarles lo importante que era para él tener algo como un iPhone X para parecerse más a sus compañeros de clase, le comprarían algo que estuviera a medio camino entre ese y su teléfono viejo, especialmente considerando el nuevo salario de su padre. Así que, cuando volvió a casa para las vacaciones, les sugirió amablemente que sería perfecto que le dieran algo bonito y elegante, ya que le había ido bastante bien con sus estudios. Pero a pesar del hecho de que tenían un ingreso más alto y que él se había portado mejor que nunca, le dijeron que no. Dijeron que el dispositivo que estaba pidiendo era demasiado costoso para obtenerlo sin ninguna razón real, especialmente porque su antiguo teléfono aún funcionaba perfectamente. Al principio trató de persuadirlos, pero su decisión era firme.

Justin estaba decepcionado y hasta enojado con sus padres, y siguió pensando en la situación más tarde esa noche mientras miraba las fotos de sus amigos en Facebook. De repente, se encontré con una de ellas que mostraba a su compañero Richard con una mirada triste en el rostro, sosteniendo una computadora portátil rota en las manos. "Supongo que ahora alguien está en un gran problema...", decía el título. De repente, tuvo una idea: ¿qué pasaría si su teléfono viejo estuviera roto? Sus padres no dejarían que su único hijo estuviera sin ningún medio de comunicación. Para no despertar sospechas, esperó un poco y más o menos una semana después de la charla sobre el iPhone X, puso su confiable "5S" bajo el agua a propósito. ¡Oh