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Ella es Mónica, y su madrastra la odiaba tanto que tuvo que mudarse de su casa. Pero comencemos desde el principio.
La mamá de Mónica murió cuando ella tenía 3 años, y su papá quedó destrozado, la amaba mucho. Estuvo soltero durante mucho tiempo, ni siquiera se atrevía a tener citas con alguien. Pero, cuando Mónica llegó a los 14, él conoció a Taylor. Se parecía un poco a su madre, pero sus personalidades eran muy diferentes.
Su papá le preguntó si estaba de acuerdo en que saliera con esa mujer, y, por supuesto, Mónica dijo que sí, ya que quería verlo feliz. Pronto se casaron y Taylor se mudó con ellos junto a su hijo, James, que en ese entonces tenía 12 años. Al principio todo iba bien, su papá y Taylor se amaban, y James era agradable. ¡Era la primera vez que veía a su papá tan feliz!

Pero pronto, Mónica comenzó a notar que Taylor manipulaba a su padre. Siempre lo obligaba a adaptarse al estilo de vida de ella. Y si ella se equivocaba en algo, invertía todo para que pareciera qué él era el culpable. Nada de eso le parecía justo a Mónica, así que se ganó el odio de Taylor, que comenzó a tratarla mal y a culparla de todo lo que ocurría. Incluso si James hacía algo, la culpable era ella.

Por ejemplo, Taylor se molestaba con Mónica por no haber lavado los platos, por más que hubiera un único plato sucio y que fuera de James. Era ELLA la que recibía el castigo. Y esa era la menor de las cosas que su madrastra decía o hacía. Al principio, su papa intentó defenderla, pero con el tiempo, Taylor lo convenció de estar en lo cierto, lo convenció de que Mónica era una niña malcriada y desagradecida. Incluso llegó a decir que robaba dinero de la casa, cosa que no era cierta. Mónica aún no sabe de dónde sacó esa idea.

Para entonces, ella tenía a toda la “familia” en su contra: Taylor la atacaba como siempre y, si Mónica intentaba defenderse, su padre decía algo como “No le hables así a tu madre”. Por supuesto, Mónica respondía “Ella no es mi madre y nunca lo será”, cosa que enojaba aún más a su padre.

James, que escuchaba todo esto, comenzó a verla también como una villana. Taylor también lo había puesto en su contra. ¿Por qué hacía algo así? Mónica suponía que a Taylor no le gustaba que su padre le prestara tanta atención, cosa que era perfectamente comprensible, dado que es su HIJA.

Al ver que Taylor se había apoderado de sus vidas, intentó hablar con su papá, pero él no la escuchó. Así que recurrió a sus abuelos, les explicó la situación y les preguntó si podía mudarse con ellos. Dijeron que sí, a ellos tampoco les agradaba Taylor para nada.
Así que Mónica se fue, lo cual representó un momento de felicidad para ella y para Taylor. Después de un año, sentía que ya no formaba parte de la familia. Si tenía suerte, veía a su padre una o dos veces al mes. Sin embargo, tampoco era raro pasar