València, 25 sep (EFE).- El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) reúne por primera vez en España una representación del realismo holandés de entreguerras, con una selección de autores que optaron por abandonar el lenguaje vanguardista para retornar al "orden" y retratar la situación sociopolítica del momento.
Se trata de 28 obras, realizadas entre los años 1920 y 1940, cedidas por el Kuntsmuseum Den Haag de La Haya y reunidas bajo el título "Reinventando la representación: el arte holandés de entreguerras", con motivo de los convenios que el IVAM ha firmado este año con museos europeos para intercambiar obras.
La muestra tiene relación con la exposición "Tiempos convulsos", que expone el museo valenciano, al mostrar el "espíritu de una época" y de unos años "terribles política, social y económicamente", ha explicado el director del IVAM, José Miguel G.Cortés durante la presentación en rueda de prensa de la exposición que podrá visitarse hasta el próximo 19 de enero.
Además, se presenta como un "Caso de Estudio" para recuperar la memoria de una corriente ignorada, e incluso "condenada", tanto por lo que le precedió (los experimentos formales del primer cuarto de siglo) como por lo que vino después (el arte abstracto que se impuso tras la Segunda Guerra Mundial), han señalado desde el IVAM.
Para contextualizar la época, el museo valenciano completa la muestra con 15 obras de su colección, con autores como Max Beckmann y Otto Dix, antiguos expresionistas que dieron el paso a la "nueva objetividad", el exdadaísta George Grosz y Germaine Krull.
La exposición exhibe obras de la pintora holandesa Charley Toorop y del artista Pyke Koch, representantes del "realismo mágico holandés" en sus retratos, con una "mirada profunda que descifra sentimientos y angustia vital", ha explicado el comisario de la muestra y conservador del IVAM, Josep Salvador.
Se trata, ha indicado Salvador, de una corriente que no es "suficientemente conocida",que surgió en el periodo de entreguerras, "cuando se produce el abandono de los lenguajes vanguardistas para volver a desarrollar el poder revelador que tiene la pintura" por su carga "humana y existencial".
"Hablamos de un periodo poco conocido" ya que trascendieron más los movimientos vanguardistas, de una serie de autores procedentes de estas corrientes pero que optaron por retornar al "orden" que parecía olvidado y al realismo mediante retratos, bodegones y paisajes, en un búsqueda de cierta "rehumanización" del arte, ha añadido el comisario.
Una corriente, ha apuntado el director del IVAM, que optó por un realismo "no naturalista" sino con un carácter más psicológico, que planteaba una visión "personal, íntima y sociopolítica" de la época, de unos años "terribles" social, política y económicamente.
Para ello, los artistas se valen también en sus obras de las clases más desfavorecidas, que hasta entonces tenían una "nula o poca" presencia el arte, con una mirada "sensible y respetuosa" hacia estos colectivos.