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Este es Marcos, y él quiere hablarte acerca de su malvado hermano gemelo. Su nombre es Sebastián, y está enloqueciéndolo.

Solo para que entiendas mejor: son idénticos físicamente, pero, al mismo tiempo, son opuestos absolutos. Marcos es un buen chico, un excelente estudiante y tiene muchos pasatiempos. En cambio, Sebastián es problemático, le gusta romper las reglas y desobedecer. Lamentablemente, siempre se han odiado. Marcos pensó que sería bueno estar más cerca de su hermano, pero Sebastián siempre lo detestó, y nunca entendió por qué.

Como estudiantes de último año, se mudaron a un nuevo distrito y entraron a una escuela en donde nadie los conocía. Marcos comenzó a estudiar duramente de una vez, ya que quería ingresar a una buena universidad. Sebastián, por otro lado, estaba emocionado, ya que había encontrado nuevos amigos, bichos raros y abusones, y estaba con ellos todo el día sin hacer nada. Marcos y Sebastián no se molestaban el uno al otro, ambos se ocupaban de sus propios asuntos. Incluso estudiaban en diferentes grupos.

Un día sucedió algo extraño. Una de sus maestras atrapó a Marcos en el pasillo y le dijo: "Mira, Marcos, he discutido el asunto con el director y, en la medida en que seas un buen estudiante, no llamaremos a tus padres, pero espero que esta sea la última vez”. Marcos se sorprendió bastante y le preguntó de qué estaba hablando. "¡Lo sabes perfectamente bien!". Ella lo miró enojada y se fue. Marcos entendió que lo confundió con Sebastián y lo encontró para aclarar. Sebastián juró que no tenía idea de cuál era el problema.

Marcos decidió ignorarlo. Pero de repente se dio cuenta de que los maestros no estaban muy bien dispuestos hacia él. Dijeron: "Eres muy inteligente, pero tienes problemas de comportamiento...". Se puso nervioso y señaló varias veces que claramente se referían a su hermano gemelo, Sebastián, pero todos pensaban que estaba diciendo mentiras. Hasta que un día llegó a su casa una carta con una declaración del director de la escuela diciendo que habían atrapado a Marcos tratando de incendiar el edificio, por lo que se les pidió a sus padres que fueran a hablar.

Marcos estaba furioso. Se enfrentó a Sebastián y le preguntó qué estaba pasando. Primero se hizo el desentendido, pero Marcos estaba a punto de estallar, así que tuvo que decir la verdad. Resultó que lo habían atrapado varias veces en actividades semicriminales y dijo que su nombre era Marcos. “¿Por qué me harías una cosa así, hermano?”, preguntó. “¡Estoy harto de que seas el gemelo bueno al que todos aman y que yo sea la oveja negra de la familia! ¡Quiero que también tengas algunos problemas!”. Eso dejó a Marcos sin palabras.

Sus padres fueron con el director y le explicaron la situación. Se comprometieron a ponerle límites a Sebastián y el director les advirtió que, si había otro episodio así, el chico