Dicen que en la familia, el amor siempre va de arriba a abajo y que el cariño y los desvelos de los progenitores rara vez se ve recompensado.
El cualquier caso, hay gente para todo y la prueba son estos tres vídeos muy cortos.
En el primero, un padre bastante risueño intenta con un vaso de agua despegarle a su hija la lengua del helado.
En el segundo, una pareja se parte la caja a cuenta del niño al que han mareado más que a un pato borracho.
En el tercero, una madre, pero no humana, se desespera intentando ayudar a su cachorro.