Impulsados por Bruno (Baró), los empleados de la fábrica deciden plegarse a la huelga general para exigirle a Torcuato (Vicuña) mejores condiciones laborales. A pesar de la presión, Ferreyra no está dispuesto a negociar. Antes bien, buscara la manera "más adecuada" de sancionarlos. Por otro lado, está convencido que hay que hay un instigador detrás de este accionar. Y cree que se relaciona directamente con los robos perpetrados a si vivienda.

Horrorizada por la actitud mafiosa de su futuro esposo, Lucía (Chaves) quiere desistir de casarse con él. Desconsolada, llamará a si padre para comunicarle su decisión.






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