Al llegar al teatro Molière es probable que experimentes ese nerviosismo que se siente antes de entrar a la Casa de los Sustos: manos sudadas, pulso acelerado y predisposición al grito, ese miedillo que da ante lo inesperado, porque ésa es la esencia de El circo de los horrores, vivir lo inusual: el terror.
Checa la info completa aquí
http://www.chilango.com/escena/obra/2015/10/09/circo-de-los-horrores