Madrid, 9 sep (EFE).- La actividad parlamentaria comienza esta semana en el Congreso y el Senado con la incertidumbre sobre una posible disolución de las Cortes, cuando restan apenas dos semanas para que se convoquen automáticamente nuevas elecciones si finalmente no fructifica un acuerdo de investidura.
La puesta en marcha del calendario de sesiones plenarias de la XIII Legislatura coincide con una semana clave en las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos para buscar un acuerdo que permita una investidura exitosa del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y evite la convocatoria electoral del 10 de noviembre.
Por eso, se espera que las conversaciones entre las dos partes que aún mantienen posiciones muy alejadas vayan a primera línea en los plenos del Parlamento, sobre todo en las sesiones de control y especialmente en la Cámara Baja, donde Sánchez tendrá oportunidad de enfrentarse al líder de Unidas Podemos.
Será el miércoles la jornada de mayor carga política debido a la comparecencia del presidente del Gobierno en funciones ante el Congreso para informar sobre los dos Consejos Europeos celebrados en junio, y también respecto a la crisis del "brexit".
Además, a continuación, en la sesión de control, el presidente Sánchez contestará a las preguntas de los otros tres principales líderes políticos.
El regreso de Sánchez a las sesiones de control se produce en una semana que se espera clave en las negociaciones para acabar con el bloqueo postelectoral.
La cuenta atrás hacia unos hipotéticos nuevos comicios concluye el 23 de septiembre, cuando acaba el plazo que otorga la Constitución tras la sesión fallida de julio. De no fructificar las negociaciones, se disolverán las Cortes y se publicará el consiguiente decreto de convocatoria electoral.
Por el momento se desconoce la fecha en la que se reunirán Pedro Sánchez y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, a quien el primero ha pedido este sábado que dé "un paso al frente" para acabar con el bloqueo político.