En Chile, todos los afluentes, incluso las napas de agua, se tranzan en la bolsa de comercio. Ahora es el turno del río Renaico que podría dejar sin agua a cientos de familias y comunidades mapuche. Pero esto ocurre sin que la prensa lo perciba, en medio de una intensa sequía en el país que ha obligado a declarar emergencia agrícola en decenas de comunas, aunque éstas han debido aprender a vivir sin agua desde hace años, décadas advirtiendo las consecuencias de la privatización de los afluentes, la explotación forestal, el monocultivo del agro transgénico y las mineras que acaban con la poca agua que queda en el país. teleSUR