¿Siempre te ha fascinado esa mesa de póquer de las películas americanas? ¿Pero nunca te atreviste a dar el salto debido a la complejidad de sus reglas? ¡En realidad son muy simples, y aquí te explicamos todo! Para empezar, necesitarás: Para ganar una partida de póquer hay que utilizar estrategias más o menos sutiles: el farol es, sin duda, el más famoso. Aprenderás, a tu costa, que el lenguaje corporal puede ser tan útil para ti -para detectar las debilidades de tus oponentes-, como perjudicial, nunca traicionar tu juego antes de tiempo. No se enseña nada: las cartas y sus múltiples combinaciones le permitirán, o no, ganar fichas. El jugador que está a la izquierda del repartidor es quien empieza a hablar. Dependiendo de su juego, los otros jugadores pueden decidir retirarse, seguir o subir. El objetivo final del póquer es simplemente "tomar" todas las fichas de sus competidores, con la mejor combinación de cartas. Así que... ¡Depende de ti, a jugar!