El río emprende una carrera acelerada a su paso por Ribas de Freser, en Girona. El ruido del agua, cada vez más intenso, despertó los vecinos en plena madrugada cuando empezó a filtrarse por cualquier resquicio, expandiéndose por las calles y desembocando en el almacén de algunos locales y sótanos de casas donde superó el metro y medio de altura. El río Ter también se ha visto desbordado, improvisando cascadas en la carretera camino de Ripoll y poniéndoselo difícil al conductor de un autobús que en el Valle de Camprodón se ha arriesgado sorteando los obstáculos colocados por el huracán.
-Redacción-