Es el momento de su detención. Este ladrón de coches de guante blanco búlgaro era capaz de robar en 20 segundos. Tenía la última tecnología. Los agentes sospechan por algo muy curioso. El coche que llevaba en España tenía matrícula diplomática. Quería así evitar que nadie le parara, ser inmune. Pero el rojo de la matrícula es más pálido, era falsa, y así empiezan a investigarle. Le hacen seguimientos y comprueban como actúa. Está sólo en España con un sólo objetivo. Robar los coches encargados por su jefe desde Bulgaria. Buscaba con su coche diplomático, entre comillas, los coches encargados. Rompía la cerradura y este aparatito hacía el resto. Después llevaba el coche a lo que llaman la zona de enfriamiento. Aparcado en Madrid a la espera de que no tuviera geolocalizador, y que no apareciera la policía.  Era capaz de robar hasta dos coches por semana. Tenía matrículas diplomáticas falsas de Polonia, Jordania o Rumania.