El copago farmacéutico hizo que pensionistas y enfermos crónicos se quedaran sin tratamiento. Lo confirma una investigación del grupo Prisma. Todo comenzó en junio de 2012, cuando en Cataluña se aplica el euro por receta. Entonces disminuye el consumo de fármacos y aumenta la cifra de pacientes que renuncian a sus tratamientos porque no pueden asumir el coste. Hasta tal punto que cinco de cada diez personas con rentas inferiores a 5.000 euros anuales dejaron de ir a la farmacia a por sus medicamentos. Esta tendencia se consolida en septiembre de 2012 cuando se establece que los pensionistas pagarán el 10% de los fármacos y los activos del 40 al 60%. Pero con la suspensión del euro por receta en enero de 2013, un 6% de los pacientes vuelven a sus tratamientos.
-Redacción-