Ante el imparable avance de miles de migrantes centroamericanos hacía Estados Unidos, el secretario de Defensa, James Mattis, se ha ido hasta la frontera en Texas. Ha estado con las tropas desplegadas en la zona, cuya misión es impedir la entrada de los migrantes. Por ahora, no portarán armas ni participarán en labores de control aduanero. Por su parte, un empresario mexicano, que prefiere mantenerse en el anonimato ha proporcionado autobuses para trasladar a los migrantes hasta la frontera. Quien logran una plaza solo esperan la comprensión del presidente Trump. Son miles los que se agolpan a las puertas de Estados Unidos, algunos albergan la esperanza de ser recibidos en el país por su familia. Otros, como él, sopesan sus posibilidades. Ya ha pasado más de un mes desde que el pasado 13 de octubre miles de personas iniciaron este viaje.