Las empleadas del hogar
sufren en muchos casos condiciones laborables pésimas. Algunas, en régimen de
semiesclavitud como es el caso de las internas. Muchas son migrantes sin
contratos y sin papeles que entregan su vida a una familia que no es la suya. Tras
años de precariedad, algunas de ellas se han unido creando el Servicio
Doméstico Activo, una asociación para luchar por sus derechos. Nuria Martínez
ha estado con dos de ellas.