La violencia de género se ha llevado a 1.000 mujeres a la tumba en 13 años. La más joven se llamaba Alba, tenía 14 años y la mató su novio en Lleida. Esta lacra deja también 250 huérfanos, como un joven de Redondela. Su madre murió quemada y él rescató sus poemas del fuego. Por otro lado, 30 niños han sido asesinados por sus padres como venganza, como el caso de José Bretón. Aunque ha habido avances indudables, puesto que en el 2003 ninguna de las asesinadas había denunciado a su agresor por miedo. Pero el sistema de protección falla a veces: 209 de las asesinadas habían pedido ayuda. 1.000 muertas que recuerdan que hay que seguir trabajando.
-Redacción-