Durante el registro en el domicilio de Coas se le intervinieron armas de fuego, una placa de policía simulada, grilletes y munición, entre otros efectos, por lo que se ha decretado su ingreso en prisión. La gota que colmó el vaso llegó en mayo cuando, a pesar de haber sido advertido de todas las consecuencias económicas y administrativas que suponía su actitud, llenó de grafitis las galerías de Os Castros, que habían sido limpiadas un mes antes.
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