Cada día ingerimos e inhalamos partículas plásticas de menos de 3 mm, algunas microscópicas. Según investigadores canadienses, entre 74.000 y 121.000 partículas al año por persona. Es el precio de la presencia de objetos fabricados con derivados del petróleo, cuya degradación llega a mantener su presencia a nivel microscópico. Un problema porque las piezas son tan diminutas como una molécula y se cuelan en los organismos vivos, no solo de las especies marinas o de las aves, sino también de los humanos. Aún queda mucho por investigar sobre el impacto en la salud humana, pero ya se sabe que pueden obstruir los alvéolos pulmonares y alterar las hormonas, causando no solo infertilidad, sino hipotiroidismo. Este estudio, pulicado por la Sociedad Americana de Química, halla fragmentos minúsculos en pescados, mariscos, azúcar, alcohol, aire y agua. Y quienes beben solo agua embotellada pueden añadir a su ingesta hasta 90.000 micropartículas de plástico más, en comparación con los que beben agua del grifo y que ingieren 4.000.
-Redacción-