El primer ministro italiano, Giussepe Conte, se planta y amenaza con dimitir si no cesan las diferencias entre los líderes de la Liga y el Movimiento 5 estrellas, los partidos que forman el gobierno en coalición. El órdago, sin embargo, iba dirigido fundamentalmente al extremista Matteo Salvini, cuyo poder se ha multiplicado tras su victoria en las elecciones europeas.
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