Los repartidores de Glovo, la empresa de comida a domicilio, han salido a las calle de Barcelona y se han concentrado frente a la sede de la compañia para exigir, entre gritos, más derechos y más seguridad en el trabajo. Han quemado cajas, han roto cristales y han protagonizado escenas de mucha tensión que los agentes han intentado contener, sobre todo cuando uno de los manifestantes conseguía colarse en el edifico. Hace tan solo dos días un compañero murió atropellado, tenia 22 años y estaba en pleno reparto, cuando un camión de la basura le golpeó. Los compañeros aseguran que llevan tiempo avisanado de que "algo así iba a ocurrir", ya que trabajan bajo mucho "estrés y presión y que se exponen a los peligros de la carretera constantemente". Han querido recordarle con velas, flores y sobre todo, protestando y pidiendo un cambio en sus condiciones. Sus salarios no alcalzan los seis euros la hora y dicen que, en horas de alta demanda, la compañia les exige demasiada rapidez, por lo que se ven obligados a ir a "toda pastilla" por la carretera. Glovo ha emitido un comunicado rechanzando las protestas pero ha prometido que en los próximos días activarán un seguro privado para casos de accidentes.