Del calor veraniego al frío casi invernal en 48 horas. Paradigmático de tan brusco descenso térmico es el caso asturiano, de los 30 grados a la nieve a poco más de 1000 metros de altura sin previo aviso. Nada menos que 17 grados de diferencia en las máximas. En Collanzo no pueden creérselo. Una masa de aire  frío procedente del Atlántico Norte tiene la culpa.
Enfriamiento generalizado, chubascos y rachas de viento especialmente en la mitad norte. Mínimas gélidas también en Castilla y León, de hasta un grado en Burgos o de cuatro en Valladolid. Más propias de la primavera son las temperaturas si viajamos hacia el sur o hacia el Mediterráneo. En la playa de la Malvarrosa, en Valencia no hace el calor de hace unos días pero sus 20 grados siguen invitando a relajarse junto al mar.
-Redacción-