La emoción ha marcado las últimas horas de despedida a Alfredo Pérez Rubalcaba en su capilla ardiente. Como el abrazo de los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, a su viuda, Pilar Goya. Último adiós en el que el monarca ha tocado el féretro de quien fuera ministro y vicepresidente en su etapa como jefe del Estado.  Presente, también, la infanta Elena acompañada de quien ha sido su secretario, Carlos García Revenga. Todo en un desfile de personalidades, con agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional y compañeros de partido, de antes y de ahora. Con expresidentes como Zapatero y Felipe González, pero también de otros partidos. Sin distinciones. Último adiós de quienes fueron sus adversarios en el hemiciclo. También ha estado, por Ciudadanos, Albert Rivera, acompañado, eso sí, por dos exsocialistas ahora en su formación, como Mesquida y la que fuera portavoz parlamentaria de Rubalcaba, Soraya Rodríguez.  Despedida a la que se ha sumado el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, que ha destacado la lucha vital de Rubalcaba contra el terrorismo como hombre de Estado. Una capilla ardiente en la que no han dejado de pasar cientos de ciudadanos de a pie, con rosas como ofrenda principal y en la que se ha vuelto a abrir la puerta de los leones del Congreso para despedir a uno de sus políticos más influyentes de las últimas décadas.