Tras 4 horas de declaración salía en coche del Juzgado de Paterna la abuela de los niños. No ha querido que las cámaras la vieran. Dos meses después de los crímenes, cometidos presuntamente por su propia hija, sigue destrozada. Fue la abuela quien avisó hasta en tres ocasiones a las autoridades de que su hija no estaba bien, de que temía por sus nietos. Hoy lo ha recordado ente el juez. Los siguientes en declarar serán los agentes que encontraron a María Gombau escondida en un bidón tras el crimen.
El juez tiene ya las conclusiones de los cuatro informes psiquiátricos realizados a la mujer. Todos confirman que sufrió un brote psicótico. Creyó que dios le ordenó matarlos. "Las voces de dios le transmitieron que debía matar a los niños para salvar sus almas y salvarse ella misma", asegura uno de los informes. A cada psiquiatra le cuenta que los mató de una manera: ahogados, apedrados... Ahora ni siquiera se acuerda. Tambien confesó a los psiquiatras que la perseguía una secta relacionada con las SS nazis. "Es conocedora de una secta, cuyo objetivo es matarla para adquirir su genética...Posee comunicación con Dios, el cual le orienta sobre cómo actuar. Confiesa que Dios le dio poderes. Habla de ser Eva, María Magdalena".
Con un brote psicotico, María podría ser inimputable, aunque el juez ordenaría su ingreso en un hospital psiquiatrico.