Madrid, 8 may (EFE)(Santiago Castro).- Cerrar la maleta. Ese es, según Miki Núñez, el único "eurodrama" que vive en las horas previas a su inminente viaje a Tel Aviv como representante español en Eurovisión 2019, sin prestar atención a aspectos como las peticiones que este miércoles le han reiterado activistas para sumarse al boicot a Israel.
"Lo bueno de Eurovisión es que es un concurso de música, da igual lo demás", ha insistido el cantante en rueda de prensa, tras no asistir, como estaba previsto, a una charanga previa por el centro de Madrid a la que sí se sumó una decena de personas contrarias a la celebración del festival en ese país por su política sobre los territorios ocupados palestinos.
Núñez ha explicado que se quedó "atendiendo a los numerosos medios" que solicitaron hablar con él, algo que ha suscrito la delegación española de RTVE: "Estamos trabajando como cualquier otro año. La obligación es preservar el carácter no político del evento y en ello estamos toda la comunidad eurovisiva, evitar todo mensaje que no sea estrictamente musical".
La corporación pública ha asegurado a Efe que "nunca" se produjo el debate interno sobre si España debía participar en esta edición. "Estaba claro, es una fiesta musical y eso une a los pueblos, que es el espíritu de Eurovisión", han ratificado.
Fuera de las cuestiones políticas y polémicas, Núñez se ha declarado "la mitad de lo nervioso" que estará este jueves, cuando emprenda camino hacia Expo Tel Aviv, donde un día después realizará su primer ensayo, desvelando por fin su puesta en escena.
"Nadie se espera cómo va a ser", ha insistido el artista, que solo ha anticipado que será "grande, con color y non-stop", así como que "todo lo que sucederá en el escenario" es muy él mismo, gracias al director Fokas Evangelinos, que estudió su estancia en la Academia de "Operación Triunfo" para conseguir "movimientos orgánicos".
Como parte del cuerpo de baile estará Mikel Hennet, quien participara en Eurovisión 2007 como miembro de la "boy band" D'Nash. "Me hubiese encantado que nosotros lleváramos lo que llevamos este año con Miki; es una puesta en escena novedosa y diferente a lo de siempre y él ha sido un compañero excelente", ha destacado el bailarín y cantante.
De su tema, "La venda", que recientemente empezó a escalar posiciones en los pronósticos y tantear el "top 10", empieza a decirse que podría ser uno de los "tapados" de esta edición, un concursante con el que no se cuenta y que rompe las apuestas.
"Espero serlo. Me parecería fantástico que la gente flipara con la puesta en escena, pero lo importante no son las apuestas, sino que la gente nos vote. Si soy el 'dark horse' (el tapado), adelante", ha proclamado.
En este sentido, se ha referido a su único interés real respecto al resultado. "Lo único que me sentaría mal es volver sin que estos 4 meses de trabajo no se vieran representrados en los 4 minutos de actuación. Solo quiero volver con la cabeza bien alta", ha asegurado.
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