El pequeño Jonas, de 7 años, vive porque escapó de la cueva adonde su padre lo había llevado junto a su madre y a su hermano mayor. Allí vio cómo los agredía con piedras y huyó durante kilómetros hasta que lo encontraron agotado y en shock unos vecinos de Adeje. La persona que le sirvió de intérprete en alemán, su idioma natal, se convirtió, junto a su marido en abuelos improvisados del pequeño. Durmió en su casa y recibió cariño y cuidados. Le compraron ropa, porque iba con lo puesto, y pudo jugar con su nieto. Ese trato cariñoso y poder hablar en su idioma, le hizo ganar la confianza suficiente para contar lo sucedido. El niño no sabe que su madre y su hermano han sido asesinados. La mujer a la que se lo confió, Annelies y la que lo encontró en un camino, Rosi, han sido llamadas a declarar como testigos. El pequeño está bajo la tutela del Gobierno canario hasta que su familia en Alemania pueda hacerse cargo de él
-Redacción-