Madrid, 21 abr (EFE).- El faro de n'Ensiola, en la isla de Cabrera, cumplirá en 2020 150 años como guía de navegantes y como testigo del triunfo de la conservación frente a los intereses especulativos que han acechado a este enclave balear, hoy el mayor parque nacional de España y único que posee en el Mediterráneo.
El pasado febrero, el Consejo de Ministros aprobó ampliar la superficie amparada bajo la máxima figura de protección desde las 10.021 hasta las 90.800 hectáreas, lo que también convirtió al Archipiélago de Cabrera en el segundo mayor parque nacional marítimo-terrestre del Mediterráneo occidental.
La historia de este espacio lleva asociados hitos de conservación, como el que en 1991 le incluyera en la Red de Parques Nacionales, y el faro de n'Ensiola, construido 45 años después de que Cabrera fuera despejada de prisioneros franceses de la Guerra de la Independencia, ha acompañado cada uno de sus episodios.
Gestionado por la Autoridad Portuaria de Baleares, el faro se terminó de construir en 1868, pero no se pudo utilizar hasta dos años después, cuando se instaló la óptica, que, con un alcance de 20 millas náuticas, se convirtió en referencia para los navegantes en una ruta crucial entre Mallorca e Ibiza.
Pero además, Cabrera fue "lugar obligado de abastecimiento y refugio para los barcos que viajaban desde la Bética a Italia, ya que la isla posee el segundo puerto más seguro de Baleares -por detrás de Mahón- y dispone de agua potable", explica a EFEverde la directora del parque nacional, Francesca López.
IMÁGENES DEL FARO DE N'ENSIOLA Y DEL PARQUE NACIONAL DE CABRERA, EN LAS ISLAS BALEARES.
DECLARACIONES: FRANCESCA LÓPEZ, DIRECTORA DEL PARQUE NACIONAL
TEXTO: CRISTINA YUSTE
IMAGEN: TATO PÉREZ
EDICIÓN: ROSA IRENE MONSIVÁIS