Saltaban chispas en el Parlamento Europeo contra Donald Trump y lo ha pagado su gran defensor, el británico Nigel Farage. Abucheos contra él y hasta carteles llamándole mentiroso. Después, la jefa de la diplomacia europea era contundente. A nadie se le puede quitar derechos por su religión o lugar de nacimiento: "No es moral, no es justo, no es legal, y no es útil". Populares y socialistas han pedido que no se acepte como embajador de Trump en Europa a Ted Malloch. Un hombre que dice tener como objetivo domesticar a la Unión Europea. En el Vaticano, el número dos de su diplomacia se ha mostrado "preocupado" por medidas como el veto a varios países musulmanes. El secretario general de la ONU ha pedido directamente que se retire, e incluso en Reino Unido, su gran aliado y con un gobierno amistoso, la primera ministra ha dejado claro que no comparte en absoluto la política migratoria del Gobierno Trump, que ha conseguido lo que no se veía en mucho tiempo: unir en algo a casi todo el planeta.
-Redacción-