La tensión crece en Rumanía, donde ayer mismo el gobierno aprobó despenalizar ciertos delitos de corrupción, y la reacción en la calle no se hizo esperar. Algunos de los miles de congregados en Bucarest intentaron, incluso, saltar el cordón policial para llegar hasta la sede del Gobierno. La medida ayudará, entre otros, al presidente del partido en el poder, que está siendo investigado por un presunto caso de corrupción. Además, el decreto se ha aprobado con carácter de urgencia, así que no tendrá que pasar por el Parlamento.
--Redacción-