Abandonadas a su suerte, cerca de 2.000 personas intentan sobrellevar el crudo invierno en naves abandonadas de Serbia, donde tratan de resguardarse en condiciones infrahumanas. Combaten el frío como pueden, quemando lo que está a su mano y experimentando infecciones respiratorias como consecuencia del humo tóxico. En los cuatro últimos días, ha habido siete casos de congelación. Pero eso no es todo. Conseguir un plato de comida significa una estoica espera a la intemperie. Y lavarse es toda una prueba de valor imprescindible para evitar males mayores.
-Redaccióm-