En el vestuario del Sporting de Gijón no se verá más la escena que venía sucediéndose desde hace 20 años: el sacerdote Fernando Fueyo rezaba con los jugadores antes de los partidos. Y es que el nuevo técnico, Joan Francesc Ferrer 'Rubi', prefiere que nadie entre al vestuario: sólo el técnico y los futbolistas. El capellán asume esta decisión, pero con tristeza. Decisión que levantado cierta polémica y debate en el seno del sportinguismo. Tanto que el propio Rubi ha tenido que dejar claro en la sala de prensa de Mareo que "el padre Fueyo no está fuera del Sporting". "El padre Fueyo puede venir a ayudarnos entre semana los días que él quiera. Puede venir a ayudar a los jugadores, cuando los jugadores le necesiten a él... Esa situación la vamos a aprovechar", se ha defendido. Por su parte, el cura se ha mostrado comprensivo con su nuevo rol en el Sporting. "Tiene todo su derecho a hacerlo. Cada maestrillo tiene su librillo y no quiere en el vestuario gente... Quiere a los jugadores", ha explicado.
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