"Tengo parálisis cerebral y no me tomo esta enfermedad como un gran problema, sigo adelante", dice Samuel a sus once años. Adelante sin poder caminar, pero cargado de toneladas de tesón e ilusión. Así llega a entrenar. Es uno más en el equipo infantil del Manchester United. Él cuenta orgulloso que es portero y que utiliza sus rodillas para moverse y andar. Jamás imaginó estar en el equipo inglés. A veces parece que necesita ayuda, pero al final él puede hacerlo. Le apasiona el fútbol. El Club le da una sorpresa y le brinda la oportunidad de conocer a sus ídolos: Schweinsteiger, Ibrahimovic o De Gea con unos guantes como regalo. Los futbolistas abrazan al niño emocionados a partes iguales. Ha quedado claro. La de Samuel no es una historia más de superación. Es la historia donde la palabra barreras, no cabe.
-Redacción-