Gayle McCormick, guardia de prisiones jubilada, 73 años, deshace las cajas de su mudanza. Acaba de separarse de su marido con el que ha estado casada 22 años y el motivo no es otro que él ha votado a Trump. Una decisión que según Gayle le ha abierto los ojos. "No podía creer que alguien con quien me casé pudiera votar por una persona con unos principios tan pobres en terminos de libertades civiles, sus sentimientos por las mujeres y como trata a la gente en general", dice. El caso de Gayle no es, ni mucho menos, aislado. Una reciente encuesta realizada con mas de 6.000 personas ha revelado que un 16 por ciento de los entrevistados ha dejado de hablarse con algún miembro de su familia por culpa del resultado electoral y el margen se eleva al 22 por ciento entre los que votaron por Hilary Clinton. Un 13 por ciento ha puesto fin a una relación por el mismo motivo.