Siempre llevaban el arma por delante y no era solo para intimidar porque los buenos modales de una banda de atracadores son solo apariencia. Si por algo se les conocía es por la violencia con la que actuaban. Maniatando a sus víctimas y provocándoles traumatismos. Así actuaban cinco españoles de entre 17 y 42 años cada vez que asaltaban locales, viviendas o, incluso, un casa de citas en el área metropolitana de Granada. La Guardia Civil los ha detenido a todos encontrando en la casa del cabecilla, que acaba de salir de la cárcel después de 17 años, armas, grilletes, placas falsas de policía y tanta munición como la que encontraron los Mossos d'Esquadra en otra vivienda. Material suficiente para reventar cajeros. Es lo que hacían dos organizaciones en Cataluña. Empleaban la misma brutalidad para robar que para huir de la policía. De hecho, no dudaban en tirar clavos para evitar ser perseguidos aunque, con veintitrés detenidos, la mayoría chilenos, está claro que su estrategia acabó pinchando.