Iván y Ricardo cumplieron el sueño de formar una familia, homoparental, condición por la que un colegio de Sevilla no admitió a su hijo. Como cuenta Iván Vallejo, padre de Rodrigo, "en 2011 mi marido decide buscar un colegio y contactamos con Yago School". Pero el centro privado lo rechaza, se escudaron en que no había plazas. "Había plazas, pero no para Rodrigo". Porque sus padres son homosexuales. Descubrieron el motivo cuando otros padres les dijeron que aún quedaban plazas, es entonces cuando Iván vuelve al colegio. "Me presento como Iván, sin decir que soy 'marido de', cuando me dicen que sí había plazas y que admiten a mi hijo". Más adelante el centro vuelve a negarse a escolarizar a Rodrigo y la pareja decide denunciar. Ahora una sentencia les da razón y condena a dos meses de inhabilitación a la directora de admisión del centro, que defendía su derecho de admisión. "Ellos se reservan el derecho de admisión, pero cuando ese derecho choca con otro fundamental se convierte en delito", explica la abogada de la familia, Yolanda Hervás. Ellos han ganado por fin esta batalla, y esperan que sirva de ejemplo para que la discriminación desaparezca.