La detuvieron en 2005 en esta pensión junto al Ayuntamiento de Valencia, ya que uno de sus objetivos era la entonces alcaldesa Rita Barberá. Por entonces, Sara Majarenas formaba parte del 'comando Levante' de ETA y fue condenada a 13 años y 10 meses de prisión. En la cárcel de Picassent (Valencia) nació su hija Izar, hace tres años, cuya vida dio un vuelco el pasado mes. Durante un permiso, el padre de la pequeña intentó asesinarla a puñaladas. Hasta se entregó a la policía. Afortunadamente, la niña estaba viva pero tenía perforados un pulmón, la espalda y una mano. Salió adelante después de cuatro operaciones. Y ahora, que parecía estar bien: su tercer cumpleaños. Porque ese es el tiempo máximo que un niño puede permanecer en una cárcel. Así que, su madre escribió pidiendo que se quedara a su lado: "Izar no está bien y esa es mi única preocupación. Necesita a su madre más que nunca. No puede volver a sentir que se separa de mí. Yo la necesito a ella, ella me necesita a mí". Al final, su abuela materna, Kontxi, no ha tenido que ir a recogerla. El juez de Vigilancia Penitenciaria ha decidido que Sara Majarenas e Izar pasen a un segundo grado tan flexible que vivirán en unos de los pisos tutelados de la Fundación Padre Garralda en Madrid, especializada en estos temas. El juez asegura que la bestial agresión que sufrió la niña justifica su decisión. También recuerda que su madre ya ha cumplido las tres cuartas partes de la condena y, además, se ha arrepentido por escrito y reconocido el daño causado.
-Redacción-