La oposición es el método usado en España para designar a los empleados púbicos con plaza fija, que está siendo cuestionado por algunos expertos. En otros países el sistema es más flexible y no depende sólo de un examen. En Francia, por ejemplo, hay escuelas preparatorias de gran prestigio que casi garantizan un puesto en la empresa privada en caso de no aprobar la oposición y que, además, tienen un tope de tiempo en la preparación del aspirante que no suele extienderse más allá de un año. No es el caso de España, donde las pruebas son sobre todo memorísticas y poco prácticas. Y los aspirantes, cuando no consiguen aprobar, se ven obligados a reconducir su futuro profesional tras años de estudio.